FDI está comprometida con la paradójica situación por la que atraviesa Colombia: pese a su riqueza ambiental, étnica y cultural padece flagelos que obstaculizan el ejercicio de los derechos de los ciudadanos, la convivencia pacífica, el desarrollo autónomo de las comunidades y atentan contra los Derechos Humanos, la democracia doméstica y el medio ambiente:
- Efectos de medio siglo de confrontación armada y de narcotráfico, en particular el desplazamiento forzado y la vinculación de menores de edad a la guerra.
- Exclusión y discriminación por motivos étnicos, ideológicos o de género, que ha conllevado marginalidad, pérdida de valores como sociedad y de patrimonio cultural.
- Depredación indiscriminada del ambiente natural, motivada por intereses lucrativos privados que han incidido en la planificación y el desarrollo del territorio.
- Debilidad institucional para solucionar problemas, para planificar y administrar los recursos públicos y para garantizar los derechos ciudadanos.
- Falta de preparación para abordar los retos derivados de los acuerdos de paz en los que se compromete el futuro del país, de sus regiones y sus gentes.
- Nuevos desafíos, principalmente sociales, culturales y económicos, producto de las migraciones y los asentamientos que generan.